martes, 7 de junio de 2011

Un milagro para Agustín


Una de las lamentables consecuencias del triunfo de Obama en EEUU es la fe que les nació a la mayoría de los políticos respecto de las redes sociales como herramientas para ganar elecciones. Tanto es el entusiasmo que les despierta que no advierten la peligrosa exposición que sufren sus convicciones tibias, compromisos falsos y estrecheces mentales. Por Facebook fue gratuitamente vapuleada la escasa inteligencia, la vocación nula y el carácter soso del candidato Raúl Costa por parte de un jovencito insolente. Tres preguntas sencillas le bastaron al ayudante de maestranza del Concejo Deliberante llamado Agustín para dejar mudo al canditato. ¿Cuántos votos pierde con estos gestos torpes? ¿cuánto dinero se ahorra por no contratar asesores especializados? ¿cuánto miente cuando dice que está preparado para gobernar?

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