jueves, 2 de junio de 2011

La risa, remedio infalible



El tardío republicanismo del septuagenario Edgardo Munch fue desenmascarado al aire por sus propios colaboradores cuando se le rieron en la cara ante el "lapsus linguae" con el que confesó que su enfrentamiento con el accastellismo es por plata y nada más.
La variopinta gama de locutores/comunicadores que simulan soportar diariamente al veterano radiodifusor no pudo contenerse y soltó una carcajada cuando Munch remató un extenso editorial, en el que amenazaba con no emitir el jingle de Accastello, con la frase "salvo que ingrese una orden de publicidad. Si es así no me puedo negar"
La sinceridad de los locutores enojó a Munch y despachó amenazas de quitas de licencias de FM y de títulos profesionales. Todo un demócrata.



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