Algunos periodistas se conforman con sacarle la mayor cantidad de dinero a los políticos, particularmente en épocas de campaña electoral.
Otros periodistas ambicionan dirigir a los políticos, contagiarles sus ideas ingeniosas, soplarle a la oreja complejas estrategias de posicionamiento y hasta se proponen ser sus escribas en situaciones complicadas.
Ubíquese a Edgardo Munch en el primer listado y a Miguel Andreis en la segunda categoría.
Como Dios los cría y el viento los amontona, este presente de ocaso para ambos los encuentra juntos en la misma patriada y así fogonearon una Alianza Anti Accastello entre los principales dirigentes políticos opositores. La idea, y Andreis y Munch, particularmente, fracasaron rotundamente. El primero se quedó sin plata y el segundo sin poder de influencia.
Ante la proximidad del domingo fatal van por la revancha y ahora promueven un nuevo intento de asociación de los políticos, ya como candidatos, para que renuncien a participar de la elección denunciando fraude y hundiendo al accastellismo en una ilegitimidad extrema.
¿Los oyentes? ¿Los lectores? Ni enterados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario